lunes, 31 de marzo de 2008

La bella lengua italiana

Es lo que tiene una lengua tan musical como el italiano. Que alguien te llama ‘coglioni’ y tu sonríes porque te suena como a que se te está insinuando. Claro, eso te pasa si no sabes italiano. Si eres del mismo Parma, por decir un sitio, enseguida te das cuenta de que te están llamando ‘gilipollas’ la traducción más aproximada al castellano, que es como el italiano pero en áspero. Eso es lo que les llamó el primer ministro Berlusconi a todos aquellos de sus compatriotas que no piensan votarle a él el domingo. El ‘cavaliere’ se dio cuenta enseguida de que acababa de utilizar una de esas palabras que nunca esperas que un político pronuncie en público, e inmediatamente pidió disculpas, pero no por el insulto, sino por el lenguaje “basto pero eficaz” que había empleado. Es lo que tiene ser el dueño de tantas televisiones que han hecho una ideología de las ‘mamachicho’; que aunque desde pequeñito te han enseñado a hablar la lengua de Dante Alighieri, acabas hablando como Leonardo Dantés o como Coto Matamoros.
Porque la salida de Berlusconi no fue una excepción en esta campaña. La víspera había mantenido el segundo y último debate televisivo con el líder opositor Romano Prodi, a quien acusa de comunista, que es lo peor que se puede ser en esta vida para Berlusconi. Era el debate dedicado a la economía y a lo largo del mismo, ambos contertulios pudieron discutir por ejemplo sobre los doscientos mil millones de euros evadidos al fisco en Italia este año, que Berlusconi no quiere resolver “con ruido de esposas”, tal vez porque no quiere que el país se le parezca más todavía a Marbella. En esa batalla de las cifras andaban enfrascados cuando Prodi, recurriendo a George Bernard Shaw, se refirió en un momento dado a Berlusconi describiéndolo como una persona “que se apoya en los números como los borrachos se apoyan en las farolas; no para buscar la luz, sino para sostenerse”. Tal finezza merecía ser respondida con una cita de Mark Twain o Winston Churchill, por citar sólo dos personajes a los que se les atribuyen todas las frases célebres, pero ya está dicho que Berlusconi prefiere el lenguaje basto pero eficaz, así que en lugar de con una cita, respondió descalificando a su oponente como un “útil idiota de la izquierda” que, probablemente en italiano sonará mucho mejor pero quiere decir lo mismo. Nos quedan cinco días para seguir aprendiendo italiano popular.

Fuente: El blog de JC Latxaga

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